Si la semana pasada hablaba del patético inicio de la andadura Simeone en Málaga, hoy no tengo ningún reparo en reconocer que el debut en casa ha sido otra cosa muy distinta. Gran culpa de ello lo tiene el propio Cholo, pues si hubiese sacado el mismo equipo con la misma intensidad a domicilio, otro gallo nos hubiese cantado.
Las diferencias fundamentales las encontramos en la defensa, con Perea sancionado Juanfran demostró que no lo hace peor, dada la nula aportación ofensiva del colombiano y su tendencia al suicidio defensivo en forma de regalos, y también vimos a Miranda por Domínguez. Aun así, el Villareal demostró una inoperancia absoluta, ¿funcionaría igual el experimento Juanfran con un tipo incisivo por su banda? Posiblemente no. Seguiremos esperando a Silvio.
Como decía, el Villareal acumuló fallos por doquier, pues a su falta de mordiente ofensiva (¡cómo echa de menos a Rossi!, sobretodo Nilmar) se unió la falta de creación, pues Valero se encontraba muy lejos de la zona de creación, empujado 10 metros hacia arriba por De Guzmán y Bruno. Me recordó durante los minutos que duró (gran parte de la primera parte) al problema de la Selección española, en el que Xabi Alonso y Busquets obligan a Xavi a jugar fuera de la zona de influencia de la zona ancha. El propio Valero o Molina cayeron en la cuenta, pues éste permutó su posición con De Guzmán y mejoraron los castellonenses.
Hasta ese entonces, el Gilético había tomado el control del partido gracias a unos Gabi y Tiago inspirados en la salida de balón, sorprende que el portugués no contase en absoluto para Goyo y en cambio, el inútil de Pelocho, fuese titular indiscutible. Pues eso, como iba diciendo, el control del partido correspondía a los rojiblancos, sustentados en sus pivotes y en la inspiración de Diego y Arda, que conectaban a la perfección con Adrián. Espero que la suplencia de estos dos últimos en el primer partido se corresponda con un experimento de prueba y error, porque si cada vez que salgamos fuera de casa vamos a sufrir el mismo fútbol mezquino que veníamos disfrutando con Manzano… vamos apañados.
Impagable el asturiano, si Falcao metió los goles hoy fue en más de un 50% gracias a Adrián, que ya en la primera parte le había regalado un balón de empujar que Gonzalo Rodríguez desbarató en el último instante con un corte magistral, en la jugada del primer gol se repitió la misma situación, sólo que esta vez terminó llegando el balón al colombiano, que no perdonó.
Ya en la segunda parte, con un guión similar y con un doble cambio de partida (De Guzmán y Pérez fuera, ambos irrelevantes durante el primer acto), aun así, el Villareal siguió siendo un dócil rival. No sirve de excusa para los amarillos el penalti que se inventaron entre el árbitro, Diego y Adrián, porque en ningún momento dieron la sensación de poder marcar gol. Como decía, al poco de comenzar la segunda parte, Diego se inventa un pase que filtra hacia la frontal del área, donde Adrián deja pasar por debajo para que Falcao se aproveche de la empanada defensiva villarealense, Gonzalo comete falta claramente (y torpemente), pero también es cierto que era fuera.
Con el 2-0 en el electrónico, Simeone retiró a Turan para meter al torpe de Salvio, aumentado su leyenda de inútil indomable, a pesar del marcador a favor y de la pendiente positiva su actuación deja que desear para 30 minutos disputados (distinto sería si hablásemos de 15 ó menos).
El partido bajó de revoluciones, se movió a pequeños impulsos que protagonizaban Diego y Adrián, con la participación de Gabi. El tercero tardó en llegar, pero llegó, Filipe Luis centró desde una posición abierta para que Diego controlase (sorprendentemente solo) con el pecho y fusilase con tranquilidad a Diego López.
Y pudo ser peor, porque el guardameta le había sacado poco antes un mano a mano al colombiano, que pecó de egoísta. También sacó otra al mismo protagonista desde dentro del área en un disparo cruzado camino de la escuadra. Pero cometió un error garrafal que pudo acabar en gol perfectamente ya que tras atrapar el balón en un corner, se precipita al sacar resbalándose el balón para que Godín intente una chilena y Miranda pruebe también suerte.
Hablando de estos, Godín bastante peleón en ataque pero un poco manta en defensa, porque para lo poco que llegaron los amarillos cometió una falta lateral a Cani peligrosa y otro par de corners regalados. Mucho más sobrio el brasileño.
A partir del tercer gol, Adrián y Diego se marcharon para dejar sitio a Koke y Pizzi. Poco que contar desde entonces, porque el equipo no fue ni la sombra de sí mismo en esos últimos 10 minutos. Mucho trabajo para Simeone aunque se pueda creer lo contrario, hay que perseverar en los aciertos y corregir los errores, que los hubo. La Real Sociedad servirá para ir viendo la evolución.