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Griezmann conquista San Mamés

Inmejorable escenario para recuperar crédito perdido, tras la hostia del pasado domingo frente a un serio Villareal y el simulacro de competición del pasado jueves (¿alguien se tomó en serio el partido?) que terminó con empate, el Atlético de Madrid se probaba en San Mamés. Es verdad que el Athletic no es el equipo del año pasado, tampoco lo es este Atlético, bajas en uno y otro conjunto que terminaban de completar el menú, con el contratiempo de la contractura de Miranda en el último momento, ¿he dicho contratiempo? Con Giménez en la recámara no se puede hablar de problemas.

El partido siguió el guión esperado, unos locales con empuje y ganas llegaban a la portería atlética, mientras que los visitantes esperaban parapetados en su campo, hasta ahí más o menos lo esperado. La desesperación se sentía cuando el equipo era incapaz de salir a la contra con un mínimo criterio, Raúl García demostraba su incapacidad en las contras, Griezmann naufragaba otro día más (e iban...) y Saúl no era capaz de justificar su petición de más minutos. Para colmo, en una falta estúpida cometida por RG cuando no había peligro llegaba el gol de los leones, Mikel Rico se adelantaba a la defensa para cabecear cruzado.

Con el 1-0 no sólo no hubo reacción sino que el Athletic se hizo más dueño del partido, controlando a placer, sin sustos ni sufrimiento, lo más parecido fue un traspiés de un central que unido a una mala salida de Iraizoz casi le cuesta un disgusto si el balón no se hubiese escorado tanto en el bote y si Arda hubiese estado un pelín más rápido. Más clara la tuvo Aduriz, que solo frente a Moyá se hizo un lío y perdió una ocasión que a la postre sería crucial.

No sabemos qué pasó en el descanso, qué se dijo y qué hablaron entre los propios jugadores, lo que sí sabemos es que no tardó ni un minuto el Atlético en empatar el partido merced a un cabezazo del francés. Gol psicológico, mejor que empatar al filo del descanso porque aquí no hay tiempo para pensar, bofetada en la cara nada más salir de vestuarios. El partido tomaba otro cariz, se veía a un Atlético menos gris (por cierto, el uniforme gris es horripilante, casi blanquecino por televisión e indigno de este club, ¿es imaginan al Barcelona con uno similar?), buscando la portería de Iraizoz con más fe y calidad.

Poco después, el árbitro echaría una mano pitando un penalty que en directo pareció y en la repetición se vio que Tiago se tiraba a la piscina, quizá ayudó el color de la camiseta, es algo que los trencillas llevan dentro cuando una camiseta blanquecina se pone delante. Raúl García se pidió el penalty y no lo falló, bien lanzado engañando a Gorka, y la verdad que por un momento pedí que lo tirase Arda o Griezmann, que me ofrecen mayor confianza. El 1-2 era una losa sobre la espalda bilbaína.

Buscaron el empate por arreones, un corner por aquí, un centro lateral por allá, sin encontrar fugas esta vez en la zaga atlética, con un Giménez que nadie diría que tiene 19 años viéndole jugar. La puntilla llegó a la contra, Arda cede a Gabi en el centro del campo, este conduce dos metros y le pone un balón a Griezmann por detrás del central (creo Etxeita) que se escurre posibilitando el cómodo control del francés, encara a Iraizoz con la persecución de un De Marcos que llegaba tarde y la coloca perfecta lejos del portero para firmar el 1-3. Definición de crack para dar por finiquitado el partido.


Con todo decidido llegó el cuarto, en una contra Griezmann cede a RG para que empuje él, el balón rebota en el zaguero, se queda muerto en boca de gol y Griezmann empuja a gol en claro fuera de juego, quizá llegaba RG para remachar o igual llegaba Gorka para atrapar in extremis, no lo sé, sí sé que el tanto subió al marcador. El partido dio poco más, un pisotón a Siqueira en la cabeza que le sacó de un partido que volvió a demostrar su incapacidad para jugar en un equipo que tenga aspiraciones más allá de salvar la categoría y el percance de Godín con Giménez que acabó con la nariz sangrando del primero. 

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Vietto asalta el fortín

Partido raro en el Calderón, los últimos acontecimientos habían desembocado en la expulsión del Frente Atlético como tal de la grada, pero ellos podían seguir acudiendo a título particular, es decir, es un "vete pero sigue entrando". Sabíamos que iba a haber en el campo un ambiente tenso, incómodo, y eso no creo que a los futbolistas les convenga cuando juegan en casa. Se acabó el todo vale, son de los nuestros y tal y tal de otras épocas, se acabaron las consignas filonazis con sus pancartas que de cuando en cuando salían a relucir, ¿qué tenía que ver eso con el Atleti? Dicen que son 200-300 los violentos y que el resto son buena gente, no lo dudo, tampoco dudo que esos pocos influyan en el resto a la hora de hacer piña común tras lo sucedido, pero también sé que si de verdad quieren al Atleti todo esto terminará pasando y animarán al equipo, en caso contrario demostrarán al mundo que el fútbol era la excusa.

Cerrado el tema grada, el equipo estuvo espeso, falto de chispa y de ambición en algunas fases del partido, ¿pesó el partido Champions? Puede ser, además el Cholo no había realizado ningún cambio en los 90' pese a poder haber perdido por un gol para mantener el liderato de grupo, pero para mí no es excusa dado que el Villareal había jugado el jueves frente al Apollon y algunos de los futbolistas (entre ellos Vietto) habían sufrido una intoxicación alimentaria. Tampoco ayudó el arbitraje, sibilino, demostrando lo fácil que es llegar al Calderón y pitar descaradamente en contra. La primera parte pasó sin pena ni gloria, el Villareal apenas había atacado y el Atleti poca historia, balón parado y poco más, el músculo de RG en partidos con pocos espacios no sirve de nada si no marca, cada día se hace más extraña la suplencia de Griezmann, sacarle 15' en las segundas partes no es suficiente para que crezca como futbolista.


En la segunda parte el equipo se desperezó un poco más, llegó incluso el gol local con una maravilla de Arda que cabeceó Mandzukic al fondo de la red, pero entonces apareció el colegiado para inventarse una falta y anular el tanto, desquiciando a todos. Después de aquello llegaron los peores minutos del Atlético, con Miranda cometiendo un fallo que tuvo que solventar Moyá con un paradón, la salida de Gabi no ayudó a ello al perder el timón del centro del campo que, pocos minutos más tarde tuvo que recular al sacar a Mario por Arda, en aquel momento el Cholo daba por bueno el empate a cero, o eso se leía en el cambio. No sabía que poco después Vietto iba a romper a Godín y batir a Moyá con facilidad. Minuto 84, el 0-1 iba a ser mortal, sin chispa ni recursos, el Madrid se escapaba a 7 puntos y el Barcelona a 3... con San Mamés en el horizonte y con las bajas de Mandzukic-Koke, difícil papeleta antes de terminar el año.  

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Velocidad de crucero

El Atlético de Madrid llegaba a Elche en medio de un ambiente extraño, con todo el 'affair' ultra todavía demasiado reciente y con la necesidad de sumar tres puntos importantísimos para seguir enganchados en la carrera por la Liga, enfrente se encontraba un equipo, el de Escribá, que poco se parece al del año pasado y al que un empate ya le resultaría un grandísimo resultado, en definitiva un partido con poco que ganar y mucho que perder para los del Cholo.

El partido fue una fiesta de aficiones en la previa, demostrando que los violentos son cuatro gilipollas que hacen más ruido y bulto de lo que en realidad son después. ¿Animan mucho? Prefiero el silencio a convivir con un violento, de igual forma que ustedes preferirán vivir sin el maltratador en casa por más que éste traiga un sueldo cada mes.

En lo deportivo, Miranda y Ansaldi, teóricos titulares, eran baja por lesión dando la oportunidad a un Giménez cada día más asentado y a un Siqueira que volvía de la mazmorra en la que él solito se metió tras su imperdonable expulsión en Anoeta cuando el partido estaba perfectamente controlado. Raúl García volvía al once en detrimento de un Griezmann que todavía no se sabe si es titular o suplente, castigo o motivación, situación extraña la del francés al que después de un buen/gran partido (como sucedió ante el Córdoba) siempre se encuentra con el banquillo como respuesta.

El caso que el partido comenzó al tran-tran, como viene sucediendo en las últimas fechas y nada tiene que ver con lo que acontecía el año pasado en el que se arrollaba al rival en los primeros minutos para conseguir empezar con ventaja, ahora el ritmo es pausado, consciente de que tarde o temprano el balón terminará entrando. Decía el profe Ortega en el calentamiento eso mismo: "a cero, a cero, que la pelota terminará entrando". Volviendo al año pasado, el Atlético quizá terminó pagando ese sobreesfuerzo en los partidos al final de temporada, llegando muertos físicamente al tramo donde se ganan las competiciones, tampoco se rotó ni tan siquiera en Copa. Desconozco cuál será el planteamiento de la competición este año, si por mí fuese repetía con suplentes frente al Madrid.

Volviendo al partido, Tiago estaba rarete, una pérdida de balón en zona comprometida, Gabi cometía al poco otra similar... pero afortunadamente el Elche no hacía pagar esos fallos, y el gol no tardó en llegar. Un corner a favor del Atleti, se esperaba balón al área pero cambió el guión, saque en corto y a jugar tocando entre Koke, Arda y Siqueira, de una triangulación de varios toques le llegó al turco en el costado del área, éste cedió por bajo a Giménez dentro del área que, con un control se quitó de encima a Damián Suárez y soltó un zapatazo a la escuadra de Tyton que nada pudo hacer. Golazo por la jugada y por la finalización de un chaval con planta de veterano, los papeles dicen que tiene 19 años, pero viéndole jugar no lo parece en absoluto, podemos estar tranquilos, aquí hay central para rato.

Tras el gol el partido siguió en modo siesta, algún acercamiento de manos de los laterales que no terminaba de encontrar a Mandzukic o Raúl García, estos partidos a las 4 de la tarde invitan a que uno se termine amodorrando en el sofá. Por parte del Elche tan solo la presencia de un Jonathas con pinta tanque intimidaba, pero la mejor ocasión llegó en las botas de Fajr con un centro-chut desde 35 metros que casi sorprende a Moyá.

En la segunda parte llegó la puntilla para los ilicitanos, recuperación del Atleti en campo propio, Gabi pica el balón a la espalda de la defensa, Mandzukic la controla en carrera y ya dentro del área dispara junto al palo corto poniendo el 0-2 en el marcador. Fin de la historia.

Ni con el segundo gol el Elche terminó de despertar, Víctor Rodriguez lo intentó desde fuera del área, un par de corners con la incertidumbre de si lograrían poner la emoción en el marcador, pero ni por esas. Mala pinta la de este Elche que ahora cuenta con mejor delantero que el año pasado pero con peores centrocampistas, entrenador tienen.


El Atleti siguió contemporizando pensando más en Turín que otra cosa, ni Jiménez y Griezmann lograron reavivar el ataque. Velocidad de crucero sumando de tres en tres sin desgastarse más de lo estrictamente necesario, por el camino ya se van quedando rivales, en este caso el Valencia no aguanta el ritmo de la cabeza ni aun librándose del desgaste que producen las competiciones europeas.