Victoria sin mucho brillo del
Atlético de Madrid en un partido espeso, con poco fútbol en la primera parte y
emoción en la segunda parte, quizá motivada por la facilidad de Teixeira para
sacar tarjetas, un auténtico inútil que aun no se sabe por qué sigue arbitrando
en Primera.
El partido llegaba después de una
semana de selecciones y a primera hora del sábado, momento complicado para
enfrentarse ante un equipo que sí había contado con la mayoría de su plantilla
durante la semana, en definitiva el típico partido que se puede complicar si no
andas del todo fino. Había ganas de ver a los atléticos que habían brillado con
sus selecciones (Griezmann, Jiménez y Cerci) y también de comprobar que Giménez
es un jugador válido para un equipo Champions.
El que no necesita demostrar nada
es Tiago, su affair con el Chelsea supuso un pequeño divorcio con la grada,
algunos se mostraban incluso contrarios a que regresara… pero en el campo es el
capitán general, y más con la versión menor que está siendo Gabi este año, es
el encargado de ordenar la salida del equipo, se ofrece constantemente y es
capaz de llegar con mucho peligro al área. Tanto es así que fue él el encargado
de abrir el marcador en una jugada fetiche esta temporada, el saque de esquina.
Koke la pone hacia el primer palo y allí Tiago remata fuerte de cabeza sin que
Kameni sea capaz de despejarlo.
El Atleti demostró que cuando
quiere jugar al fútbol sabe, a ratos el partido era un rondo en el que Koke,
Arda, Tiago, Griezmann y Gabi movían el ataque de un lado al otro con los
malaguistas sin utilizar otra arma que la falta para frenar las acometidas, sin
embargo era un ataque estático infructuoso porque apenas se probaba a un Kameni
que siempre me ha parecido un portero de mentira, capaz de hacer una parada increíble
y después pifiarla dos veces. El segundo gol era cuestión de tiempo vistos los
méritos de unos y de otros, y llegó tras una jugada en la que existió
velocidad, Arda cede a Mandzukic en un pase aparentemente intrascendente en
banda derecha, pero el croata ve el movimiento rápido del turco al espacio que
se ha generado a la espalda de los defensas, conduce dentro del área y asiste
con inteligencia a la llegada de Griezmann en el segundo palo, que por decirlo
de alguna manera la empuja sin mucha oposición. Gran jugada y gol de estar en
el sitio justo en el momento adecuado.
El descanso llegó con el 2-0, la
grada veía un partido plácido con suficiente ventaja como para no existir
peligro, menos aún con un Málaga del que no recuerdo una ocasión en la primera
parte. Pero la segunda mitad empezó “raruna”, el Atleti dio el habitual y
preocupante paso atrás cuando se ve delante en el marcador, lo que aprovecharon
los andaluces para controlar la posesión y encerrarnos en nuestro campo, ya
digo que no me gusta esta actitud ya que ha costado varias veces cara (véase
Anoeta, por ejemplo).
Entretanto Mandzukic se retiró
lesionado dejando su sitio al mexicano Raúl Jiménez, voy a decir algo que lo
más seguro es que no compartáis la mayoría de vosotros vista la impopularidad
del muchacho en cuestión, pero a mí este chico me parece que aporta muchas más
soluciones al juego del equipo que el croata, es cierto que el 9 es más
rematador puro, pero RJ se asocia mejor y le veo más apropiado para lo que pone
el práctica el Cholo. Fue salir y gozó de una ocasión clara en la que cabecea
en el área y Kameni se saca una buena parada.
A renglón seguido llegó el gol
del Málaga, un golazo. Creo que fue Juanmi el que hace un control de videojuego
en el centro del campo, abre a banda para que Castillejo centre y Santa Cruz
remata en escorzo en el segundo palo. 2-1 y la inquietud se instalaba en la
grada, ¿y si había más peligro del que creíamos? Para colmo se rozaba el empate
en una jugada a la espalda de la defensa que Juanmi desaprovechó o mejor, Godín
desbarató.
Hasta que llegó Jiménez (con la
ayuda de Teixeira) y sacó del partido a Samuel, que empujó levemente al punta
en una contra montada tras un pelotazo, segunda amarilla y ahí se acabó el
arreón blanquiazul. La tuvo de nuevo Jiménez, internada de Griezman en el área
y ya en línea de fondo da el pase hacia el corazón del área, el balón se traba
y el delantero arma la pierna rápida, encontrándose con Kameni por segunda vez.
Falló las dos, pero estaba ahí y eso ya es importante. También las falla el
francés, que se equivocó en dos ocasiones y gravemente, no era cuestión de que
te la saque el portero o no, sino de torpeza a la hora de elegir la mejor
opción. En la primera le cae un balón pegado a línea de fondo con Kameni en el
suelo y varios compañeros mejor posicionados (entre ellos Jiménez) para
empujarla sin mayor problema, pero el 7 se empeñó en querer marcar sin mucho
ángulo y, como era de esperar, terminó estrellándose contra el lateral de la
red (primera colleja). Poco después debía de estar pensando en la jugada
todavía porque esta vez era él quien estaba de cara a portería a menos de 11
metros y se enredó queriendo ceder a Jiménez con un pase que encima no fue
preciso, perdiendo esa clara ocasión (segunda colleja).
El gol de la tranquilidad llegaba
por parte de Godín en una jugada que creo define lo que fueron esos minutos, un
ataque continuo del Atlético incluso con los dos centrales metidos dentro del
área rival. Primero intenta Giménez cabecear, Kameni se enreda en una salida
cómica, Tiago que estaba en el segundo palo la pone rápido al primer palo para
que Godín que entraba como un titán se alce y marque el tercero.
El resto del partido solo sirvió
para que Teixeira expulsase a Gabi como compensación a la de Samuel, una prueba
más de que no es malo, es pésimo. Tres puntos al zurrón que sirven para ponerle
tierra de por medio a un Sevilla que pinchó en el Camp Nou y esperar a ver qué
hace el Valencia mañana. Digo esto porque veo lejos al Madrid, ayudado por los
árbitros en momentos de duda y con una delantera que basta por si sola para
ganar sin despeinarse al 80% de equipos de la competición, sin contar con que a
Tebas le interesa ver a Casillas levantar la copa. Pero ahora a pensar en lo
más próximo, y eso es Olympiacos.