Y el protagonista fue...
Pérez Lasa. Ni Falcao ni Messi ni Xavi ni Turan ni Fábregas ni Adrián ni tampoco, por supuesto, Iniesta. Había muchos candidatos a ser importantes en el partido, a destacar por encima del resto, y en ese punto nos encontramos con Pérez Lasa, él fue el mejor jugador del Barcelona.
El partido fue un bodrio en los primeros 45 minutos, un equipo monopolizaba la posesión de la bola con un toque cansino y pastoso que casi hacía imposible disfrutar de algo, mientras el otro no quería saber nada del balón salvo para robársela a los azulgranas y correr rápido al contraataque. Así consiguieron en los primeros minutos una ocasión por bando, que quedaron en agua de borrajas. Después, llegó el gol de Messi tras control con la mano que anuló el árbitro.
De ahí un oasis futbolístico salpimentado con faltas de todos los gustos y colores, amarillas varias (había que salir en la tele, coño, que sino nadie sabe que lo pité yo) y el gol del siempre querido y admirado Alves, que sólo la tuvo que empujar en el segundo palo.
A la vista de los hechos, me esperaba en la segunda parte una continuación de la primera pero a peor, con algún gol más azulgrana y la confirmación de ver un Atlético reservón a más no poder. Todo lo contrario, los rojiblancos salieron enchufados al partido y los visitantes a verlas venir. Aprovechando la coyuntura, y tras un saque de esquina, el balón llega tras una prolongación a Falcao, que empala con fuerza el gol del empate. Había partido de nuevo, ya lo creo que lo había.
El Barcelona estaba grogui, tras el golpe recibido estaba a punto de besar la lona liguera, pero en ese punto apareció Pérez Lasa para rescatar a los catalanes. Un fuera de juego inexistente de Falcao le hubiese permitido encarar un mano a mano con Valdés, y otro fuera de juego poco después exactamente lo mismo, salvo porque esta vez era Adrián el que partía en posición antirreglamentaria (imaginaria, claro). Eran los mejores minutos para el cuadro colchonero, el gol podía llegar en cualquier momento, también el Barcelona asustaba cuando llegaba a las inmediaciones del área de Courtois…
Y en esas, Alves comete una agresión a Filipe Luis con rodillazo incluido en la cabeza mientras caía el zurdo, al bueno de Pérez Lasa le pareció cosa menor y decidió repartir justicia con una amarilla al brasileño y otra al grupo de protestones rojiblancos, ¡por chulos!
Guardiola, tipo listo, comprendió que era el mejor momento para quitar al teatrero lateral de la escena y que no peligrara la roja. Desesperados, los culés intentaron marcar como fuese, mano mediante, y sino que se lo pregunten a Alexis, otro que intentó engañar.
Casi terminando el choque, Pedro recibe una falta lateral en la esquina del área, Messi toma el balón y pide barrera… Pérez Lasa coloca la barrera (gesto claro con la mano pidiendo que esperasen) y el 10 argentino lanza con nocturnidad y alevosía la falta, colocándola al palo contrario en el que estaba Courtois colocando la barrera. Lo normal hubiese sido repetir la falta y amonestar al lanzador (segunda amarilla), pero en el feliz mundo de la liga bipolar se permite que merengues y culés jueguen con las cartas marcadas.
Si no, cómo se explica que en la penúltima jugada, Busquets despeje un balón con la mano claramente estirada, ¿entrena Guardiola un equipo de fútbol o de voley? Tres puntos que vuelan del Calderón por arte de magia, y lo peor de todo no es sólo el robo en cuestión sino las consecuencias que acarrea: Godín, Tiago y Falcao no podrán jugar en Sevilla por acumulación de tarjetas, además de Diego por lesión. Negro panorama el sábado próximo, muy negro, y nos jugamos la vida. Francamente.