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Mandzukic resuelve en Getafe

Llegaba el partido de Getafe con la presión del que sabe que tiene que ganar para no descolgarse, no hay lugar al fallo porque todos los de arriba (a excepción del Barcelona) habían ganado, era una jornada trampa en la que "todos" daban por hecho que sacaría el Atlético los tres puntos. Por otro lado está el Getafe, un equipo que no se sabe si viene o si va, si es carne o pescado, a mí me deja la sensación de equipo débil, falto de empaque suficiente como para la Primera, pero tendrá la suerte de encontrar por el camino otros equipos que son peores que él, véase Levante, Córdoba o Deportivo, entre otros.

¿Cómo ganar al Atlético o sacar tajada? La receta de Contra fue sencilla, ser bruscos, provocar al rival, dejar que pase el tiempo e intentar cazar algún contragolpe. ¿Suficiente? En este caso no, con Alexis expulsado por broncas y con Juan Rodríguez en evidencia por un pisotón a un compañero que está en el suelo. Después es el Atlético el violento.

Para terminar de completar el guión, las bajas de Tiago y Gabi más la duda de un Saúl tocado dejaban a Mario y Koke como únicas alternativas al pivote, el bueno de Koke es un jugador todoterreno que se adapta a toda función, el caso de Mario es diferente porque el pobre es incapaz de dar un pase a más de tres metros sin equivocarse y tampoco sabe guardar la posición sin cometer uno o dos errores graves por partido, un agujero negro en toda regla.

Pese a ello el Atlético supo llevar el peso del partido, arrinconar a su rival y crearse sus opciones, costando lo suyo llegar a marcar, que se lo digan a Mandzukic que tuvo que esperar el rechace de Griezmann, el semifallo de Arda y, en ese momento, sí pudo empujarla al fondo de la red en el área pequeña. Dejó buenas sensaciones Siqueira, mejor que en partidos anteriores, quizá sin la presión de saber que Ansaldi está con el aliento en el cogote, Griezmann en cambio dejó otra vez las dudas de otras veces, poco incisivo, perdido. El resto, en su línea habitual. 


La primera parte no fue mala del todo, hubo más fútbol y ocasiones, en la segunda el Atlético estuvo más espeso y el partido se fue enmarañando con la tangana como punto álgido del mismo. La salida de Saúl puso un poco más de orden, equilibrando el medio y dando un par de lecciones a su compañero, pero poco más. Mala imagen del Atleti que pese a los tres puntos deja la sensación de ser el equipo que va más justo de los cinco de arriba, sensaciones al fin y al cabo porque lo importante al final serán los puntos, y este equipo ha demostrado que sabe ser muy regular, veremos si Valencia y Sevilla también lo son. 

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Tiago y Mario liquidan al Español

Partido matinal en el Calderón, buen ambiente en la grada y mucho calor si tu asiento daba al sol, tanto que se hacía incómodo al rato. El partido comenzó con un Atlético que quería ir a por el choque y un Español que decidía esperar atrás su oportunidad, un guión que se va a repetir este año casi cada partido, los rivales saben a lo que vienen al Calderón, minimizar errores e intentar sacar algún punto. Para colmo, el Atlético de Madrid tiene un problema cada día más sensible, sus delanteros carecen de gol y eso empieza a ser preocupante.

¿Era Mandzukic el hombre? Visto lo visto, igual no, porque el tipo se vacía, pelea, brega, pero es torpe en la conducción, tampoco es un maestro en el arte de asociarse por abajo y, cuando llega a las inmediaciones del área me parece bastante tosco. A Mario le mata el precio que ha costado y las comparaciones con sus predecesores, más vale que empiece a marcar goles porque sino la grada empezará con el runrún.

Por otro lado, el equipo roza la perfección en las jugadas de estrategia, cada corner se convierte en una ocasión de extremo peligro, tanto que recuerda a la Premier en dónde un saque de esquina se celebra casi como un gol. Hoy no fue diferente, el equipo avisó en los dos primeros, en uno incluso celebró un gol de Arda en fuera de juego, el Español estaba avisado y aun así no podía parar a los rematadores. Lo mejor de los periquitos era su portero, un Casilla ya internacional que perdía tiempo desde muy pronto.

Hoy le tocó el turno a Tiago, casi al final de la primera parte lograba conectar un cabezazo que con parábola entraba en el palo contrario sin que Kiko Casilla llegase, quizá pudiese haber hecho más, al menos daba esa sensación, pero el gol era justo premio a una primera parte con un equipo volcado que no terminaba de conectar con el gol, porque cuando no se iba fuera aparecía el portero para desbaratar la jugada.

El Español había estado inédito, algún detalle de Caicedo en ataque, con mucha movilidad, más metido que un Sergio García algo perdido, no fue ninguno de los dos el que tuvo la mejor oportunidad sino un Lucas Vázquez que remató a bocajarro ante un Moyá que repelió el disparo con el cuerpo. Un alivio porque ese gol hubiese supuesto un problema muy gordo con el empate en el marcador.

En la segunda parte el partido cambió, los visitantes tomaron el mando del partido y el Atlético se dedicó a defender en estático y buscar alguna contra. Muy inocentes los blanquiazules (hoy azulones), que dejaban espacios a la espalda que bien pudo costarles el 2-0 pronto en una jugada a la contra con un pase a Mandzukic que controló con el pecho y se internó en el área, todo perfecto hasta que disparó al muñeco. El gol iba a llegar otra vez en un saque de esquina, cabezazo de Giménez en el segundo palo que (creo) entraba en la portería pero Mario Suárez fue el que terminó de empujarla a la red. El canterano había salido por un Tiago tocado minutos antes.

Con el 2-0 y Caicedo-Sergio García fuera, el partido estaba más que acabado. Pero Griezmann quería su tanto, se le nota con ansiedad y eso se refleja en el campo, prefiere disparar a pasar cuando se acerca al área e incluso en una jugada embarullada con Mandzukic que no acertaba a rematar, que el francés recoge en el área, se va de Casilla y con todo para marcar a puerta vacía la estrella en el poste. No tiene suerte.


Daba igual, los tres puntos dan oxígeno al equipo tras la derrota de Valencia y permiten mirar con optimismo al futuro con Malmoe y Getafe en el horizonte, importantísimos ambos partidos porque los 6 puntos son fundamentales en las aspiraciones Champions y ligueras. Necesitaremos los goles de Mandzu y Griezmann, ojalá lleguen pronto.  

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Empanada

El Atlético de Madrid dio un paso atrás en sus aspiraciones ligueras en un campo siempre complicado como lo es Mestalla, con un público ciertamente quejoso y ruidoso, y con un equipo que pese a los últimos tiempos turbulentos tienen plantilla de sobra como para terminar en puesto Champions, y eso es así porque sólo están centrados en la Liga y en una Copa del Rey de la que todavía no se tienen señales ni se tendrán hasta el mes de diciembre. Aun así, llegábamos empatados en la clasificación y a un pasito del Barcelona, el líder de la competición, entre los aspectos negativos encontrábamos la intensa semana de competición con Sevilla y Juventus como etapas antes de este peligroso partido.

El partido se preveía complicado y se complicó aún más con una empanada defensiva que no es habitual, pero que deja signos preocupantes, el partido del Celta, el de Olympiacos... errores que antes no se cometían con esta asiduidad. El "señalado" en esta ocasión fue Miranda, el brasileño a los 6' cabeceó a la red un centro lateral que no tenía excesivo peligro ya que Moyá iba a atrapar el balón. El gol espoleó a los valencianistas que tan sólo un minuto después consiguieron el segundo, otra vez Miranda se despista y permite que André Gomes se interne en el área y bata de disparo cruzado a Moyá, que estaba un poco vendido pero que también dio la sensación de que pudo hacer más ya que la pelota entra entre su cuerpo y el palo corto.

Apenas había dado tiempo de asimilar que habíamos encajado el primer gol y ya eran dos, el equipo estaba completamente grogui. No existen los tiempos muertos en el fútbol, de existir es evidente que Simeone hubiese gastado uno en ese momento, parar el partido y hacer de psicólogo con los suyos. Pero ahí no acaba la cosa, el tercero estaba rondando la portería rojiblanca, el empuje local en esos minutos arrinconaba al Atlético en su área y, en un corner, llegó el gol. La estrategia, esa que tanto nos da, nos apuntillaba. El realizador debía de saber que Otamendi marcaría, se fijó en cómo se escondía detrás de un compañero, cómo emergía y saltaba para rematar ante la pasividad visitante. El partido estaba perdido, y lo estaba por la actitud de unos y de otros, algunos dirán que el tiempo de descanso ha sido insuficiente tras el partido del miércoles, no digo que no pero ese cansancio no aflora en el primer cuarto de hora, la excusa la compro si nos hubiesen arrollado en los últimos 15 del partido.

El resto del partido fue de dominio atlético infructuoso, quería pero no podía, el Valencia frenaba los ataques rojiblancos a base de faltas, tanto quejarse en la previa de la violencia y al final, como no podía ser de otra manera, eran ellos los violentos. A la media hora conseguía Mandzukic el gol en un rechace tras disparo de Tiago desde fuera del área, era un pequeño halo de esperanza con una hora por delante. Sin embargo la puntilla llegó en un penalty que falló Siqueira, justo antes del descanso con la posibilidad de sembrar dudas en unos y espolear a los nuestros, el brasileño se pidió el lanzamiento en una decisión más que discutida. ¿Quién es Siqueira? ¿Lanzar en el Granada es lo mismo que lanzar en el Atlético de Madrid? Permítanme que lo dude, la exigencia de un sitio y de otro ha engullido a muchos jugadores que no aguantaron la presión, con Gabi, Koke, Arda, Mandzukic, Griezmann... es una grosería que le dejen tirar un penalty. El 3-2 que no fue y que quedó en 3-1 sentó como un gol en contra, una bofetada en toda regla.

La segunda parte siguió el mismo guión y ni la entrada de RG, Cerci o Raúl Jiménez revolucionaron un partido que ya estaba visto para sentencia. Preocupa Griezmann, el francés ha costado muchos millones y si no supiésemos qué puede dar pensaríamos que el muchacho ha sido un turbio negocio de la directiva. Decía el Cholo el otro día que con todos los respetos ha de darse cuenta de que el nivel de exigencia en la Real no es el mismo que el del Atlético, tiene razón y debe dar un pasito más. Como tampoco es entendible la actitud de un Cerci que cada vez que ha salido ha demostrado poco o nada, ayer además se despachó con una mano estúpida para marcar un gol (3-2) en el descuento que no hubiese valido para nada aunque hubiera engañado al árbitro, infantil expulsión que ha de hacerle recapacitar.


En definitiva, paso atrás en las aspiraciones ligueras y muchas dudas en las incorporaciones veraniegas que no han terminado de explotar, desde Oblak (16), pasando por Griezmann (36), siguiendo por Cerci (16) y terminando en un Mandzukic (22) que pelea hasta la extenuación pero demuestra día a día que es el peor delantero que hemos tenido en años, poniendo en tela de juicio si quizá debieran haber apostado por un delantero mejor por los millones que han costado él y Cerci. Ahora toca semana de selecciones, sólo queda esperar que los que se marchan vuelvan sanos y que se puedan afrontar con garantías los compromisos frente al Español, Malmöe y Getafe tras el parón. Estamos obligados a sumar los 9 puntos