Asenjo como puedas 33 y 1/3
Así de claro y de sencillo, no se puede buscar otros protagonistas al partido, salvo Falcao si me apuran por aquello de que marcó dos goles en la victoria. Entiendo que Simeone quiera contar con un grupo nutrido de futbolistas que se sientan importantes, que salgan periódicamente y tal. Pero lo que no se puede entender es la cantidad ingente de oportunidades que se le ha brindado al portero Sergio Asenjo, un tipo que cada vez que salta al campo sabes que la cantada está por llegar o poco le falta, de prometedor guardameta se ha convertido en opositor impenitente al museo de los horrores futbolísticos. Hoy, no podía ser menos, volvió a reclamar su cuota de protagonismo.
Obviando al portero, el Atleti es un equipo completamente distinto del que acostumbrábamos a ver con Manzano, Quique, Aguirre y cía, ahora se trata de un bloque en todos los sentidos, cuando se defiende arriman el hombro todos, y cuando se ataca cualquiera se anima a subir, pero todo bajo un orden. Podrá gustar más o menos la propuesta, lo que está claro es que el aficionado se marchará a su casa con la satisfacción de que físicamente se han vaciado, y no es poco.
Sin embargo, con la participación exclusiva de Falcao en punta y con la ocupación por bandas de RG y Cebolla Rguez., faltaba cierta mordiente en ataque, a veces Radamel era un islote rodeado de tres y cuatro marcadores. Aun así, el peligro llegaba en ocasiones sueltas, el gol rondaba el marco de Casto… hasta que llegó un ataque “normalito” del Betis, un balón con rosca hacia la portería y nadie para desviarlo, bote en el área pequeña, y Asenjo se la come. Lo peor del asunto llega cuando ves al portero recriminar a sus compañeros la jugada, debe ser algo como “joder, ¿por qué le dejáis tirar si sabéis que soy un paquete integral!”. Se redimió en parte con una parada justo a continuación a disparo de Rubén Castro, pero su festival no había acabado.
Para desgracia del Betis, el Atleti cuenta con un delantero de talla mundial, un tipo que necesita media ocasión para meter un gol. RG dispara cruzado desde el pico del área y, esa circunstancia la aprovecha el colombiano para entrar como un toro en el segundo palo, imposibilitando que Casto tuviese una mínima opción.
Los rojiblancos se desmelenaron, convirtieron los 15 minutos antes del descanso en un asedio que sólo las múltiples paradas del portero evitaron una goleada, meritoria una a disparo a bocajarro de Falcao. Entretanto, Asenjo había puesto en un puño los corazones rojiblancos con una parada en dos tiempos, con mucho suspense, al no atajar (ni despejar de puños) en la primera. Su festival iba a completarse en el último instante, Juanfran se despista dejando marcharse al atacante a línea de fondo, éste dispara casi sin ángulo a portería pero con parábola… y Asenjo, no sé si por ser una puñetera chincheta con guantes o por su, generalmente, pobre posicionamiento, permite que el balón le supere por alto. 2-1 en un primer tiempo en el que si el partido hubiese llegado con 0-2, nadie se hubiese extrañado, porque era lo normal.
No obstante, el árbitro (Álvarez Izquierdo) debió pensar lo injusto del resultado y, en la reanudación, no tardó en señalar un penalti a Falcao (que lo era) y expulsar rigurosamente al central bético. Quizá ésta fue su decisión menos polémica bajo mi punto de vista ya que se puede justificar en que si no era el último defensor, poco le faltaba. Falcao no perdonó y sumó otro gol más.
Simeone, decidió retirar al delantero en vista de sus molestias físicas y sacar a Diego Costa, en principio podríamos pensar que se perdía mordiente. Diego tardó poco en disipar nuestras dudas. Un corner al primer palo, una prolongación con la cabeza al segundo, unos defensas que no siguen la jugada y un DC que aparece solo para rematar a un metro de la portería. Gol que certificaba la remontada.
El partido entró en un letargo en el que todo indicaba que se llegaría al final plácidamente, pero como ni aun en superioridad numérica y futbolística podemos estar tranquilos… un centro al segundo palo que Campbell parece amortiguar entre el pecho y la mano, una mano bastante más clara de Filipe (de espaldas, pero mano), y una reclamación bien clara del bético. El trencilla lo vio menos claro, lejos de la jugada y con el linier a espaldas de la jugada, apreció que el atacante se había ayudado de la mano para rematar posteriormente. Segunda amarilla y expulsión, el partido se había roto por completo.
Todo lo que aconteció a partir de la jugada forma parte de la anécdota, tanto el desquiciamiento verdiblanco como el gol de RG, en el último minuto, libre de marca y para sentenciar un partido que bajo ningún concepto debió escaparse nunca. La gente hablará del árbitro, nosotros debemos quedarnos con que, Asenjos aparte, fuimos netamente superiores al Betis hasta la segunda expulsión.