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Victoria con lo mínimo

El Atlético de Simeone llegaba a Pamplona con la vitola de equipo revitalizado, de la mano de argentino se habían conseguido un empate en Málaga (ramplón) y dos victorias convincentes frente a Villareal (casa) y Real Sociedad (fuera). ¿Conseguiría mantener la inercia positiva en un feudo complicado como el navarro? Con las bajas de Diego y Gabi (Godín estaba apercibido, no sancionado como dije la semana pasada) se resentía el equipo en la creación, pues ni Koke puede aun hacer el trabajo del primero, ni Mario puede hacer nada que no sea estorbar y raulgarciear. Hablando del ínclito navarro, nos reencontrábamos con él (esperemos que nunca en las mismas filas) después de su vuelta a casa.

El partido fue la mar de aburrido, no recuerdo nada reseñable en la primera media hora, sólo un juego de mediocampo en el que no se pasaba de dos pases seguidos antes de pegar un pelotazo de 30 metros, salpicado por numerosas faltas tácticas que impiden imprimir un poco de ritmo al partido, y así no se puede ver absolutamente nada que no sea la antigua lucha grecorromana con balón.

Tal y como se estaba poniendo el partido pensé que era justo lo que había preparado Mendilibar, como buen entrenador osasunista, buscando algún rechace o balón aéreo que pescar. El caso que no, justo antes de la final de la primera parte llegó el gol de esa forma, pero a favor de los rojiblancos, más osasunistas (y espartanos) que nunca. Sin apenas hacer nada, íbamos ganando.

En la segunda parte, el Atlético intentó cerrar el partido con un segundo gol que no llegó, pues ni Adrián ni Falcao estaban hoy con acierto cara a puerta, primero el asturiano se equivocó en una estupenda jugada y después el colombiano. Qué se le va a hacer, otros días caen cuatro.

Esta mitad tampoco fue gran cosa, sólo el verse por debajo y caminar hacia el minuto 90 provocó que cada vez se volcasen más balones al área atlética, que con un prodigioso Courtois salvó primero un gol de Lekic (aunque creo que iba al poste), un cabezazo impecable en área pequeña y otro del Tarugo. Entre tanto, Simeone reculaba metiendo a Perea por Juanfran, que por mucho que digan NO es un cambio defensivo, y a Domínguez por Turan (presuntamente lesionado).

A poco del final estuvo Falcao a punto de cometer penalti, pues la falta sobre la línea del área era clara, pese a no pitarse, pero terminó así. El Atlético suma 29 puntos y ya se sitúa a 2 puntos de la zona Champions mientras, el Osasuna, sale de la zona europea.

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Mejorando poco a poco

Convincente Gilético de Simeone, un equipo basado en una defensa solvente que, a su vez, sabe salir al contraataque. Bueno, esto último la verdad que se vio facilitado gracias a un penalti tempranero (minuto 1) en una segunda jugada tras un chut de Turan que despeja Bravo, Diego intenta centrar y Demidov despliega las manos torpemente por encima de su cabeza impactando con el esférico. Penalty como la catedral de Burgos y gol de Falcao.

Pero bueno, a pesar de ese cable que nos echaron los donostiarras, el equipo supo presionar la circulación rival, asfixiarles cuando se acercaban a terreno rojiblanco y ganar la mayoría de los rechaces, eso se consigue con actitud, simple y llanamente. De eso le faltaba al Gilético por arrobas, con Malsano (genial Ricardo) era un equipo sin sangre, y sin vergüenza, un equipo que a la mínima que se torcía la situación caminaba sobre arenas movedizas.

Mención aparte merece la reconversión de Juanfran (antes conocido como “el mendigo”) como lateral derecho. La semana pasada ya cuajó una actuación notable frente al Villareal, si bien faltó un rival que le obligase por su banda, hoy la actuación ha sido de sobresaliente con asistencia a Adrián incluida en el segundo gol, de verdad. Si Jordi Alba se ha consagrado como un lateral zurdo que aspira a la Selección tras reconvertirse de extremo, ¿por qué no Juanfran? Me refiero a la reconversión positiva, no hablo de internacionalidades, tranquilos todos.

Como decía antes, la defensa ha mejorado a marchas forzadas, los tres partidos de la era Simeone terminaron sin goles encajados y apenas han disparado al bueno de Courtois, gran paso adelante. Claro que en esta vida la mayoría de las cosas tienen un pero, en este caso llega en la sobreexcitación o vehemencia (llámenlo como quieran) que muestran algunos futbolistas a la hora de protestar jugadas o hacer gilipolleces varias, véase Diego en los dos últimos partidos en los que le han cascado dos amarillas por protestar al colegiado cosas menores, hoy en concreto una falta a Adrián que pudiera ser de roja, si bien era intrascendente tal como se estaba desarrollando el partido, para qué engañarnos. La amarilla de Falcao también es de aurora boreal. Cuidado por ahí, a Pamplona vamos sin Diego, Gabi y Godín. ¿Alternativas?

Claramente se postulan Pelocho, Domínguez y la duda de Salvio o Koke, que esperemos se haya solventado en el cuarto de hora final a favor del canterano, porque el Cholo no es tonto, por muy argentino que sea el ‘Toto’, no está para jugar de titular en la mitad de los equipos de Primera, además de haber comprobado el domingo pasado los pitos que le regala la grada del Calderón.

La nota curiosa del partido fue la nueva imagen de Pelocho, con el pelo corto, aunque igual de malo que de costumbre. Hay cosas que no las arregla una tijera. Quizá una motosierra.
Volviendo al equipo, desde luego, si  siguen en esta línea, vista la mediocridad general de la Liga, podemos auparnos a la cabeza tal como hace el Valencia de Emery. La próxima prueba frente a un rocoso Osasuna que apenas ha cedido puntos en casa.

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Mejoría ante el Villareal

Si la semana pasada hablaba del patético inicio de la andadura Simeone en Málaga, hoy no tengo ningún reparo en reconocer que el debut en casa ha sido otra cosa muy distinta. Gran culpa de ello lo tiene el propio Cholo, pues si hubiese sacado el mismo equipo con la misma intensidad a domicilio, otro gallo nos hubiese cantado.

Las diferencias fundamentales las encontramos en la defensa, con Perea sancionado Juanfran demostró que no lo hace peor, dada la nula aportación ofensiva del colombiano y su tendencia al suicidio defensivo en forma de regalos, y también vimos a Miranda por Domínguez. Aun así, el Villareal demostró una inoperancia absoluta, ¿funcionaría igual el experimento Juanfran con un tipo incisivo por su banda? Posiblemente no. Seguiremos esperando a Silvio.

Como decía, el Villareal acumuló fallos por doquier, pues a su falta de mordiente ofensiva (¡cómo echa de menos a Rossi!, sobretodo Nilmar) se unió la falta de creación, pues Valero se encontraba muy lejos de la zona de creación, empujado 10 metros hacia arriba por De Guzmán y Bruno. Me recordó durante los minutos que duró (gran parte de la primera parte) al problema de la Selección española, en el que Xabi Alonso y Busquets obligan a Xavi a jugar fuera de la zona de influencia de la zona ancha. El propio Valero o Molina cayeron en la cuenta, pues éste permutó su posición con De Guzmán y mejoraron los castellonenses.

Hasta ese entonces, el Gilético había tomado el control del partido gracias a unos Gabi y Tiago inspirados en la salida de balón, sorprende que el portugués no contase en absoluto para Goyo y en cambio, el inútil de Pelocho, fuese titular indiscutible. Pues eso, como iba diciendo, el control del partido correspondía a los rojiblancos, sustentados en sus pivotes y en la inspiración de Diego y Arda, que conectaban a la perfección con Adrián. Espero que la suplencia de estos dos últimos en el primer partido se corresponda con un experimento de prueba y error, porque si cada vez que salgamos fuera de casa vamos a sufrir el mismo fútbol mezquino que veníamos disfrutando con Manzano… vamos apañados.

Impagable el asturiano, si Falcao metió los goles hoy fue en más de un 50% gracias a Adrián, que ya en la primera parte le había regalado un balón de empujar que Gonzalo Rodríguez desbarató en el último instante con un corte magistral, en la jugada del primer gol se repitió la misma situación, sólo que esta vez terminó llegando el balón al colombiano, que no perdonó.

Ya en la segunda parte, con un guión similar y con un doble cambio de partida (De Guzmán y Pérez fuera, ambos irrelevantes durante el primer acto), aun así, el Villareal siguió siendo un dócil rival. No sirve de excusa para los amarillos el penalti que se inventaron entre el árbitro, Diego y Adrián, porque en ningún momento dieron la sensación de poder marcar gol. Como decía, al poco de comenzar la segunda parte, Diego se inventa un pase que filtra hacia la frontal del área, donde Adrián deja pasar por debajo para que Falcao se aproveche de la empanada defensiva villarealense, Gonzalo comete falta claramente (y torpemente), pero también es cierto que era fuera.

Con el 2-0 en el electrónico, Simeone retiró a Turan para meter al torpe de Salvio, aumentado su leyenda de inútil indomable, a pesar del marcador a favor y de la pendiente positiva su actuación deja que desear para 30 minutos disputados (distinto sería si hablásemos de 15 ó menos).

El partido bajó de revoluciones, se movió a pequeños impulsos que protagonizaban Diego y Adrián, con la participación de Gabi. El tercero tardó en llegar, pero llegó, Filipe Luis centró desde una posición abierta para que Diego controlase (sorprendentemente solo) con el pecho y fusilase con tranquilidad a Diego López.

Y pudo ser peor, porque el guardameta le había sacado poco antes un mano a mano al colombiano, que pecó de egoísta. También sacó otra al mismo protagonista desde dentro del área en un disparo cruzado camino de la escuadra. Pero cometió un error garrafal que pudo acabar en gol perfectamente ya que tras atrapar el balón en un corner, se precipita al sacar resbalándose el balón para que Godín intente una chilena y Miranda pruebe también suerte.

Hablando de estos, Godín bastante peleón en ataque pero un poco manta en defensa, porque para lo poco que llegaron los amarillos cometió una falta lateral a Cani peligrosa y otro par de corners regalados. Mucho más sobrio el brasileño.

A partir del tercer gol, Adrián y Diego se marcharon para dejar sitio a Koke y Pizzi. Poco que contar desde entonces, porque el equipo no fue ni la sombra de sí mismo en esos últimos 10 minutos. Mucho trabajo para Simeone aunque se pueda creer lo contrario, hay que perseverar en los aciertos y corregir los errores, que los hubo. La Real Sociedad servirá para ir viendo la evolución.

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Decepcionante inicio

El nuevo viejo Gilético de Madrid se dio cita ayer en Málaga con una ilusionante puesta en escena, digo ilusionante para los amigos del fútbol especulativo. Un empate en Málaga es como una derrota, lo siento, quizá todavía no se ha entendido que las victorias valen tres puntos (y no dos), pero si partes hacia allí pensando que el empate vale, mal asunto, y eso se transmitió anoche en varias jugadas del partido en las que los rojiblancos perdían miserablemente tiempo frente a los malacitanos, quién te ha visto y quién te ve…

Falta saber si se trata de una imagen fuera de casa o mantendrán la misma actitud sin importar el escenario (el ejemplo tiene forma de manzano), aun así suspende, bajo mi punto de vista, desde el momento en que Perea sigue siendo indiscutible en el once, y Arda Turan no cabe en una alineación en la que sí se encuentran Salvio y Juanfran, voluntariosos pero inútiles con el balón en los pies. El talento siempre es sospechoso en este club. ¿Verdad, Adrián?

No he sido pro-Simeone en ningún momento, aviso por si no ha quedado lo suficientemente claro, su fútbol no me seduce ni me parece aplicable a la plantilla de la que disponemos, pero le daremos un voto de confianza (un par de partidos más, no crean).

El que sí ha empezado bastante bien ha sido José F. Molina (otro icono del doblete) en el banquillo del Villareal, el resultado ha sido el mismo sólo que con goles, pero la actitud en torno al balón y la valentía en el juego ha sido cuantiosamente superior. Suerte en su andadura, ojalá algún día le veamos en nuestro banquillo, significará que todavía sigue el club en pie.