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Orgulloso del Atlético de Madrid

Este es uno de los post más difíciles que me ha tocado escribir en los años que llevo publicando... El Atlético de Madrid ha caído en la final de la Champions League ante el Real Madrid, el problema no es caer en sí, sino la forma en la que se ha hecho, en la prórroga y tras ver como empataban el partido en el 93'. Lamentablemente el destino (si es que existe) ha querido jugarnos una/otra jugarreta en la que otra vez tocábamos la gloria con las manos y otra vez hemos visto como se nos esfumaba en el último suspiro, esta vez no había desempate sino una prórroga que se hizo larga en lo físico a un equipo que ha exprimido al máximo a sus jugadores a lo largo de la temporada.

Cualquier análisis futbolístico acerca del partido carece de fundamento si se obvia la preparación física de uno y otro equipo, el Atlético ha jugado desde que comenzase la temporada a mediados de agosto una totalidad de 61 partidos, todos con algo en juego y sin contemporizar. El Madrid tuvo la ventaja de no disputar la Supercopa, tener enfrentamientos en Copa "asequibles" hasta semifinales y permitirse preparar la final de Champions con semanas de antelación por no jugarse nada en la Liga... eso fue clave para que a partir de la hora de juego unos volasen y los otros apenas pudiesen con los gallumbos.

Aparte, la idiotez de Diego Costa de forzar para jugar cuando se sabía claramente que no estaba en condiciones, como no lo estaba ya en el Camp Nou, no siendo honesto como fue Arda (éste se cayó de la convocatoria), con la consecuencia ya sabida de perder un cambio en el minuto 8, con el perjuicio que ello ocasionaba, que se lo pregunten a Juanfran, que roto como estaba no pudo ser cambiado como sí lo había sido Filipe minutos antes.

En lo futbolístico, este equipo dio la cara mientras le duraron las fuerzas, se adelantó en el marcador de la única forma que últimamente puede a falta de Diego Costa, jugada de estrategia que aprovecha Godín para cabecear por encima de una salida en falso de Casillas, el gol espoleó a los atléticos que defendieron con ahínco y buscaban en las salidas a la contra su oportunidad. Lamentablemente, aunque se vacía en cada partido, Villa no es el que era y Adrián no tiene gol, por tanto faltaba ese 'punch' de los equipos grandes. No digo que este equipo no lo sea, ganar la Liga y ser finalista de Champions no es una cosa que consiga un equipo vulgar, pero hay puestos que no tienen suplente y, cuando el titular falta, no hay forma de cubrirlo con las mismas garantías, cuando este equipo solucione esos lunares, será verdaderamente temible. Money talks.

Cuando el partido enfiló la recta final, Carletto quemó sus naves metiendo todo lo que tenía ofensivo, mientras el Atlético a falta de piernas se aculó en su área, cómodo en la defensa, multiplicándose para achicar agua mediante pelotazos, cabezazos y lo que fuese, era peligroso, lo sabían y lo sabíamos, pero no había otra opción, íbamos a sufrir mucho para defender la renta. Para colmo Filipe se rompía y tenía que entrar Toby agotando el tercer cambio (no va más), llegó el minuto 90 y no podía resistir más, me iba a reventar el corazón. En el corner que a la postre fue decisivo ni quise mirar, temí que pudiera pasar lo que pasó.

La prórroga directamente fue una carnicería, el equipo no aguantaba media hora más, el Madrid lo supo y aprovechó además la cojera de Juanfran para que Di María entrase por su lado, chutase, parase Thibu y Bale aprovechase el rechace para marcar. A partir de ahí ya no quise mirar más, sabía que el equipo se caía, que probablemente nos metiesen uno más y no me gustan las películas "gore". La Champions nos debe a partir de hoy dos, muy grandes, sé que en la planificación no entra "tirar" competiciones, pero yo el año que viene tiraba la Copa con suplentes y me centraba en la Liga y la Champions.

A pesar de todo ello estoy orgulloso de mi equipo, de mis jugadores, del esfuerzo de todo el año y de cómo humildemente han afrontado todas las competiciones, cómo han sabido ganar la Liga y perder la Champions, no todos pueden decir lo mismo. Orgulloso del Atlético de Madrid. 

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¡¡Campeones!!

El Atlético de Madrid ha conquistado su décima liga en el territorio hostil, en casa del rival por el título y con la necesidad imperiosa de rascar un punto para cantar el alirón, lo consiguió. Pero no ha sido nada fácil, como tampoco lo ha sido la temporada en sí, llena de triunfos labrados a base de esfuerzo, respeto por el rival y dosis de calidad, porque este equipo la tiene por más que les vendan los voceros como unos tipos limitados, los Koke, Arda, Filipe, Costa, Miranda, Godín, Gabi, Diego, Sosa, Adrián, Villa... saben bastante de fútbol, no son unos pobres picapedreros sacados del inframundo.

Este equipo ha ganado en el Bernabéu, en San Mamés, en el Pizjuán, Anoeta, Mestalla... campos complicadísimos, en algunos de ellos no han sido capaces de ganar Madrid y Barcelona, demostrando que este equipo es tan fiable a domicilio como en casa, donde los números dicen que no se ha perdido ni un sólo partido. Quedaba la visita al Camp Nou, quizá el campo más difícil de todos, donde el equipo más laureado de la última década esperaba con la intención de retener un título de liga que les sabría a gloria después de un año convulso.

El Atleti salió valiente, mirando a la cara al rival e incluso disputando la posesión (inteligente) del balón, queriendo tocar con criterio y buscar la portería de Pinto. De tal manera llegaron las primeras ocasiones, llegando por banda izquierda hasta línea de fondo e intentando que algún rematador llegase por el centro. Piqué veía la amarilla y el Atleti metía miedo, un gol nuestro complicaba muy mucho las opciones blaugranas.

Pero la historia a veces es retorcida, ésta quiso que en una contra peligrosisíma (3 para 3) Koke cediese a un Costa que se rompía en el sprint, se echaba la mano a los isquios y caía al suelo teñido en lágrimas, él sabía que se perdía el partido y la final de Lisboa, baja importantísima. Sin tiempo casi para asimilar lo sucedido, con Adrián ya en el campo en un cambio que estaba cantado ya que media semana había entrenado con la dupla asturiana en el ataque, llegó el infortunio de Arda, una jugada que no revestía mayor peligro, salida de balón del Atleti tras corner azulgrana, el turco intenta zafarse de Fábregas y éste le propina un golpe a la altura de la cadera que le deja seco, cae al suelo y golpea con fuerza el césped. Se había roto. Intentó levantarse, seguir jugando, pero cayó otra vez y ya no se volvió a levantar, más lágrimas para un equipo que se desangraba poco a poco, quedaban 65' de partido y sólo un cambio (había salido RG por él).

Entretanto, el Barcelona no inquietaba la meta de Courtois, se podría decir que el equipo vivía cómodo dentro del partido, incluso era Gabi el que sufría las entradas duras y no al revés como se suele vender, en este caso fue Messi (el bien pagao) el que cazó al capitán mereciendo una tarjeta naranja que quedó en una simple falta. Entonces llegó el mazazo, una jugada que no revestía mayor peligro con Messi controlando con el pecho de espaldas al arco, el balón que se va largo hacia la zona de Alexis, dos jugadores haciendo pantalla a Thibaut y un derechazo del chileno que se cuela con violencia por la escuadra. El campo se vino abajo, en esos momentos era el Barcelona el virtual campeón.

En los siguientes minutos Mateu se dedicó a repartir tarjetas a los rojiblancos, estábamos en el territorio que mejor se maneja el conjunto del Tata, con superioridad en el marcador y la posibilidad de controlar la posesión y dejarse caer al suelo en cuanto sufres la presión del contrario en la nuca. Debo reconocer que durante unos minutos dejé de creer, demasiados golpes sufridos en poco tiempo, aunque la "victoria" estuviese a un solo gol. Algo pasó en los vestuarios, concretamente en el Atlético, sabemos del poder motivador del Cholo, un genio en saber transmitir confianza, serenidad y ese plus de energía a los suyos, lo que les dijo algún día lo sabremos, el caso es que en la segunda parte se comenzó como en la primera, con un Atlético que buscaba con ahínco la portería de Pinto, no con la verticalidad que el que no ve al Atlético cree que tenemos sino con la asociación precisa y adecuada, balón al medio, apertura al lateral, éste al interior, vuelta al centro y de ahí al delantero o se devuelve la pared, ni es fútbol directo ni tampoco se basa en dar 50 pases antes de llegar al delantero, así llegó el balón a un Villa que se encontró con su enemigo más habitual este año, el poste. Si no fuese por los palos, el Guaje llevaría más de 20 goles en Liga y todo habría sido más sencillo (para empezar, al Málaga se le habría ganado). La tuvo a renglón seguido, pero esta vez controló y cayó antes de impactar un remate en el punto de penalty.

Y así se llegó al punto álgido del partido, saque de esquina al que acude Gabi, saben que el Barcelona está sufriendo a balón parado y ésta es una ocasión única de aprovechar esa debilidad, suben Miranda, Godín y todos los hombres fuertes por alto, la defensa azulgrana comete un fallo imperdonable, Piqué se empareja con Villa en el primer palo, Busquets por el centro parece quedarse con Tiago, Miranda y RG se quedan junto a Godín más retrasados para entrar al remate sin que haya hombres fuertes para cubrirles (Mascherano, Fábregas y Alexis), Godín da dos pasos hacia atrás y se queda sin marcar, Raúl y Miranda entran hacia la portería y arrastran a los marcadores culés que no se percatan que el que entra al remate como un toro es el charrúa, el resto ya lo saben, cabezazo picado que bota y entra sin que Pinto pueda evitarlo. Golpe psicológico al Barcelona que recibía un gol al inicio del segundo tiempo sin que se le hubiese visto jugar.

A partir de ahí, el Atlético asumió menos riesgos en el ataque y se dedicó a defender fuerte, decía Martino que en todos los partidos contra el Atleti había ido por detrás en el marcador y que sólo faltaba probar ir por delante para desplegar su juego, en este partido se dio esa circunstancia y no supieron aprovecharlo, quizá no era ése el problema. De vuelta a la situación inicial, el Barcelona tuvo verdaderos problemas para crear peligro, con Messi desaparecido recurrieron a Neymar y Xavi, que tampoco dieron la vuelta de tuerca necesaria, los centros de Alves al área y los disparos lejanos eran el mayor peligro de los culés, en uno de esos centros llegó el gol de Messi que fue anulado por fuera de juego, y en uno de los disparos tuvo que sacar una mano Courtois para despejar a corner. El Atleti intentaba matar el partido a la contra, pero a Villa le falta velocidad y Adrián tuvo que salir para dar entrada a un Sosa que debía dar mayor consistencia al medio más que buscar la contra.

Con el pitido final se puso el colofón a una temporada larguísima en la que desde mediados de agosto hemos soñado con hacer algo importante, recuerdo a Juanma o Lalo hacer cuentas cuando salió el calendario con este partido (al César lo que es del César) y creyendo que se podía llegar con opciones de campeonar, también recuerdo al propio Juanma reservando hotel en Lisboa en octubre (corrígeme si me equivovo) porque CREÍA en este equipo. Nos hemos dejado la garganta, los nervios y las uñas, hemos recorrido etapas duras, algunas con un éxito rotundo que era impensable, hemos perdido a unos cuantos atléticos por el camino, algunos ilustres y otros personas anónimas como lo era mi abuelo, como el compañero de Juanma... todos ellos empujando desde arriba para devolver a este equipo donde merece, pelear los títulos hasta el final e incluso ganarlos, un equipo que poco a poco recupera grandeza a base de títulos, salvo en 2011, desde 2010 se han ganado 6 títulos y se van a jugar otras dos finales fijo (Champions y Supercopa de España), perdiendo gente importante por el camino pero demostrando que el grupo está por encima del resto.


La semana pasada me lamentaba por la ocasión perdida, temía que este equipo se quedase sin ganar una liga que le situase en la historia con mayúsculas, porque no nos engañemos, dentro de 20 años se hablará de este equipo, pero si hubiésemos perdido todo quedaría como aquel equipo que estuvo a punto y no lo consiguió, con gloria en la historia rojiblanca, pero no en la general, como el del 74, nosotros nos acordamos pero seguro que el aficionado imparcial no recuerde quién subcampeonó ese año, al igual que nosotros no sabemos quién fue subcampeón en el 83. Afortunadamente eso no ha ocurrido, hemos ganado, disfrutemos todos estos momentos porque ya forman parte de la/nuestra historia. Gloria a los campeones.

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El Atleti desperdicia otro match ball

Llegaba la jornada 37ª con la posibilidad de poder ganar el campeonato si se daban una serie de condicionantes, ganar nosotros y que el Barcelona pinchase, o que en caso de derrota blaugrana, el Atleti empatase, básicamente esos eran los escenarios que daban al Atleti campeón.

El Málaga, que estaba virtualmente salvado (a falta de un punto), iba a darlo todo por sacar ese empate que al menos le diese la salvación matemática sin depender de terceros y que, probablemente, les diese un incentivo económico desde la ciudad condal. El Elche se jugaba más en el envite, una derrota les podía meter en descenso dependiendo de una combinación de resultados, y en el mejor de los casos hacerle que se jugase las habichuelas en la última jornada, todo ello en su casa, donde no ha perdido un partido en toda la segunda vuelta y sólo el Atleti y Madrid han conseguido meter más de un gol.

Entretanto, el Madrid jugaba en Balaídos esperando que ambos rivales pinchasen y una victoria suya le metiese en una pelea que lo normal es que no se llevase, esto lo sabían y por ello salieron con suplentes y sin fe, encajando un gol en la primera parte y rindiéndose claramente, fiando todas sus opciones al día 24 de mayo. Por tanto, el Madrid estaba fuera de la ecuación al descanso.

En ese momento, tanto Atleti como Barcelona estaban empatados a cero, pero con la diferencia de que los culés habían tenido múltiples oportunidades (algunas muy claras) sin premio, y el Atleti únicamente contaba con el larguero de un Villa que está negado de cara a portería (desde marzo no marca) y una de Koke que se marchó desviada, poco bagaje para un equipo que se juega la liga ante su público y al que no se le podía exigir menos que ganar para esperar un tropiezo del Barcelona. Muy precipitados los rojiblancos, queriendo hacer demasiadas cosas a la vez y echando en falta la presencia de un Diego Costa que hoy por hoy es indispensable en el ataque, tenemos dos delanteros más RG y uno de ellos no vale ni para el Cacereño.

En la segunda parte, el Atleti empezó buscándolo más insistentemente, a base de jugadas de estrategia se acercaba al marco de Caballero. Villa la tuvo en un saque de falta ensayado que, burlando a la barrera, le llega al delantero y éste la estrella en el muñeco. Se notaba que nos faltaba fluidez, quizá por la carga de partidos de la temporada tanto Koke como Arda estaban sin gasolina, por ello el Cholo les sacó por Adrián y Diego. Pero cuando estaba el Atleti apretando llegó el primer aviso del Málaga con un mano a mano que Thibu logra solventar con una salida magnífica.

Lamentablemente, en una segunda oportunidad malacitana (si descontamos un fuera de juego bien pitado que dejaba otra vez a un delantero visitante cara a la portería) no salió tan bien el belga, Samuel toca por encima del meta y después remata de cabeza sin apenas oposición, gol que complicaba mucho la vida y que por momentos hizo sobrevolar los peores presagios, ya que un gol del Barça ponía a los del Tata primeros y nos obligaba a ganar en el Camp Nou si queríamos llevarnos el campeonato.

El Atlético lo siguió intentando con lo que tenía en el campo, RG había dado paso a un inspirado Sosa que quería ser protagonista en un día que podía ser clave, por desgracia no tuvo fortuna y los compañeros, como ya he dicho antes con Villa, tampoco tenían su día. Hasta el punto que tuvo que ser, a la salida de un corner, el central Alderweireld el que cabecease al fondo de la portería en la única ocasión que Willy Caballero se quedó clavado. El empate devolvía la vida, al menos la carta de depender de uno mismo, y la posibilidad de campeonar hoy.

La tuvo Sosa en una falta que supuso la expulsión del central malagueño, por cierto siempre tirándose al campo para perder tiempo. Recordaba a aquella que le dio el título con Estudiantes, si la marcaba suponía otro título de forma virtual, pero se fue por poco al lateral de la red, era el minuto 90. Ya en el último suspiro, con el partido de Elche terminado, Adrián dribló en el pico del área grande a su marcador hacia dentro, armó la pierna y la colocó en la escuadra del segundo palo, pero allí estaba Willy para sacar una mano salvadora que evitase el gol y liga para el Atlético de Madrid.


Dicen que los grandes tenistas lo son porque saben cerrar sus partidos, precisamente el momento más delicado porque afloran los nervios, el miedo a perderlo en el último momento... pues bien, esperemos que a nosotros no se nos atragante esta última oportunidad o "tie break" en el que nos vale el empate, pero ojo porque este Barcelona es un equipo tremendo, lleno de internacionales y de jugadores que serían titulares en la mayoría de equipos del continente, a fuerza de meterles en la pelea (estas dos últimas jornadas son un ejemplo) terminarán sacando su vena competitiva. Que no nos tengamos que acordar de estos dos partidos dentro de una semana. 

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Sin derecho a fallo

Los medios oficiales de propaganda dirán que el Atlético de Madrid se ha dejado media liga ante el Levante esta tarde, en realidad lo que quieren es que se ha dejado el derecho al fallo que tenía, ese comodín importantísimo que posibilitaba haber sido campeón en la penúltima jornada. No será así, al menos hasta que se demuestre lo contrario porque ya saben que esto del fútbol da mil vueltas, al Trampas le quedan 2 partidos por jugar y nunca se puede descartar un tropiezo que pudiera precipitar los acontecimientos, pero vaya, la Liga llegará viva al último partido.

En estos casos no me gusta llevar razón, pero cuando los sesudos opinadores de taberna mediática apuntaban al partido del Valencia como el más propicio para que el Atlético se dejase puntos, mi menda creía que ese partido era el de hoy, equipo incómodo, aguerrido, con buen portero y ningún pudor para meterse bajo el larguero si es menester. Afortunadamente los partidos anteriores terminaron con victoria y así se ha podido cometer este desliz sin consecuencias mayores. Eso sí, preparen una semana de presión cavernaria acerca del triplete, el miedo de altura, la falta de gasolina del líder y mil tópicos más salpimentados con propaganda del "único", del inigualable, el noble y bélico adalid.

Centrándonos en el partido, todo se torció muy pronto con un autogol de Filipe Luis a la salida de un corner que le descentró a él y puso a remar contracorriente a todo el equipo. Pudieron solventar el problema RG con un buen control con el pecho y volea dentro del área, o Villa que lanzó a las nubes el rechace cuando tenía todo a favor. Tampoco ayudó un trencilla al que el olor de maletines (lo siento, soy muy mal pensado) le empujó a pitar dos orsays que no eran y que oler oler, olían a gol. Arbitraje muy sibilino, de esos que gustan por Cuerna Espina. Aparte de eso, el equipo estaba espeso.

El Levante utilizaba artimañas para descentrar a Costa, el más activo todo el partido. Simeone reaccionó en la segunda parte quitando a Villa y RG para meter a Arda y Adrián, el equipo mejoró y dio más sensación de peligro, llegaba más a la portería e incluso pudo marcar por mediación de Alderweireld, que la puso en la escuadra para que volara Keylor, que ya le había sacado un disparo ajustado al poste en la primera parte. Diego Costa tampoco acertó a conectar un centro lateral con efecto hacia fuera y Filipe chutó flojo un balón que quedó muerto en el área para que el central la despejase donde no llegaba Keylor. Con el equipo volcado llegó el tanto del Levante en una contra fulgurante que completa Barral... el 2-0 era una losa difícil de levantar incluso para este equipo.

Se intentó reponer, pero no era el día. Adrián tuvo la más clara en un mano a mano que estrelló en el poste. Se perdieron tres puntos, nada más, las cuentas pasaban por ganar dos partidos y en ello hay que centrarse, el Málaga llega la semana que viene con una semana entera para preparar el partido, si se gana estaremos a un paso de conseguir un título que hemos ido cocinando durante toda una temporada.


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Ya estamos aquí

Ayer el Atlético de Madrid se clasificó para la final de la Liga de Campeones (antigua Copa de Europa) 40 años después, rememorando los tiempos en los que este equipo era grande, luchaba por los títulos y los conseguía con cierta regularidad. Cuando el Atlético de Madrid ascendió a Primera División hace 12 años, lanzó una premiada campaña de marketing en la que salía el hoy segundo entrenador del equipo (Germán 'Mono' Burgos) saliendo de una alcantarilla con el lema de "ya estamos aquí". Realmente no era así, aquel equipo era una parodia indigna de la historia rojiblanca, un equipo de chiste que, pese a Luis, lo más que lograba era viajar por mitad de tabla y pelear hasta el último momento por entrar a Europa por la puerta de atrás (Intertoto). Afortunadamente, y tras 8 años de travesía, el equipo volvió a ser campeón, fue la primera toma de contacto con el verdadero Atlético de Madrid, sin embargo el verdadero espaldarazo ha sido la llegada del Cholo Simeone a este equipo, empapando a la institución con el carácter luchador y ganador que siempre la ha caracterizado, pese a que desde determinados sectores se quiera vender un aura de fatalismo y fracasos habituales. Nadie dice que haya que ganar títulos habitualmente, tan sólo consiste en pelear hasta el último tramo la competición doméstica y dar una buena imagen en Europa, la Champions la juegan 32 equipos, 10-12 suelen ser muy buenos y sólo uno la puede ganar.

Arquímedes, uno de esos genios de la antigüedad, explicó el principio de la palanca y a él se le atribuye la célebre frase "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo". El Cholo es el Arquímedes rojiblanco, con el apoyo incondicional de una plantilla que cree ciegamente en él (pregúntenles y verán que todos mantienen el mismo discurso) ha conseguido "mover/agitar" el mundo futbolístico que les rodea, meterse en la pelea por la liga española y armarla gorda en Europa con una plantilla que no contaba en las quinielas al principio de la temporada, ni tan siquiera para disputar las semifinales. A base de ser un GRUPO, cohesionado, con calidad y una gran dosis de esfuerzo a lo largo de todo el año, se ha conseguido llegar a donde estamos.

Si la eliminatoria contra el Barcelona significó que Europa entera valorase al Atlético de Madrid como uno de los mejores equipos del continente, el partido de ayer era el disparadero, aterrizar en el Olimpo futbolístico, un lugar reservado para unos pocos privilegiados porque conseguir disputar la final de la Champions lo consiguen un grupo selecto de clubes, en los últimos 10 años el Barcelona, Manchester Utd. y Bayern llegaron a 3, el Milán, Liverpool y Chelsea a 2 de ellas y finalmente unos pocos equipos como Dortmund, Arsenal o Inter que jugaron una. Como se ve, nueve equipos se reparten las finales de 10 años. Pero lo verdaderamente importante no es llegar a esta final, que también, sino las sensaciones que desprende este equipo en los últimos años, no es flor de un día sino el fruto del trabajo bien hecho.

El partido de Stamford Bridge ha entrado en la historia rojiblanca, al Atleti le valía cualquier empate con goles pero aun así no salió a especular con el marcador y aprovechar cualquier fallo local. Mou sorprendió con una alineación que incluía 6 defensas, a priori parecía que saldría con defensa de cinco con laterales largos (Azpi y Cole) más David Luiz en el centro, pero después vimos que Ivanovic hacía de lateral y Azpi se incrustaba de interior diestro apoyando en labores defensivas. A pesar de ello el Chelsea no salió a defender puramente como en la ida, desde el primer momento se vio que querían llegar y marcar. Pudo decantarse rápidamente el partido si un centro envenenado de Koke en vez de dar en el larguero-palo y sacarla un defensor hubiese ido dentro. Los mediocentros rojiblancos (Tiago-Mario) estaban muy concentrados, presionando la salida de balón y distribuyendo rápidamente a los que debían llevar el peso ofensivo.

Pero llegó el palo blue. Una jugada que aparentemente no llevaba mucho peligro con William en la banda termina como si fuese una melé con el jugador en el suelo y los dos defensores rojiblancos mirando mientras la pelota sale de su área de influencia, aparece Azpi por allí, camina paralelo a línea de fondo y mete un centro raso hacia el corazón del área, donde FT iba a golpear raso, impactar en Mario y batir a un Thibaut que o le engañas con una acción de este tipo o sabes que te va a sacar una mano o pie milagroso. Fernando pidió perdón por el gol mientras nosotros éramos conscientes de que íbamos a sudar sangre para pasar, en estas rondas nadie regala nada ni ningún equipo es sencillo.

El equipo no cejó en su empeño, siguió intentándolo sin desesperarse y por ahí llegó el tanto salvador. Un gol que habrán visto repetido ya cien veces, centro de Tiago al desmarque de ruptura de Juanfran, éste según llega la mete hacia el área pequeña donde esperaban tres defensores ingleses que ninguno atina a despejar para que Adrián impacte en el segundo palo, mordida, quizá sin mucha fe como toda su temporada, pero lo suficiente como para batir a Schwarzer y voltear la eliminatoria, obligando ahora al Chelsea a marcar si quería pasar. Además era un gol psicológico, antes del descanso.

En la segunda mitad vimos a un Atleti nada conservador, el guión indicaba que el Chelsea seguramente se volcaría para intentar pasar y que quizá fruto del empuje los de Simeone se acularían para aguantar y tirar contras. No fue así. Mucha personalidad de los jugadores, quisieron la pelota y se dedicaron a presionar para recuperar y buscar sentenciar el choque.

Los londinenses la tuvieron en la cabeza de Terry, que remató picado encontrando una mano salvadora de Courtois que no suele fallar en las grandes citas, el belga se ha erigido en un seguro de vida que debería contratar el Atleti de forma indefinida, cueste lo que cueste. A continuación se pidió penalty a Arda, quizá no lo fue. No hizo falta porque poco después, ya con Eto'o en el campo por Cole (cambio que modificaba el esquema, Azpi pasaba a lateral zurdo en un 4-3-3) cometió un penalty tonto, típico del delantero que defiende en su área y mete el pie allá donde no debe, derribando a un rival. El penalty se celebró como si fuese el billete a la final, sin embargo había que marcarlo y de eso se iba a encargar un Diego Costa que no es precisamente un especialista. Tras un minuto de suspense, amarilla incluida, en el que no atinaba a colocar el balón como quería, marcó engañando a Schwarzer y ahí sí que terminó todo.


Con la eliminatoria patas arriba y media hora por delante dio tiempo a ver muchas cosas, la primera fue un cabezazo blue que encuentra el poste y las manos de Thibu, después el gol de Arda tras una larguísima posesión atlética que termina en un pase brutal de Tiago a la carrera de Juanfran que, como en el primer gol, mete un centro al segundo palo para que Arda remate de cabeza al larguero y recoja él mismo el rechace para empujarla a la red. El 1-3 ya era insuperable a falta de 20 minutos. Toda una afición estaba festejando que su equipo, el Atlético de Madrid, era finalista de la Champions gracias, entre otras cosas, a ese mantra de Luis Aragonés que tan bien ha sabido interpretar Simeone, "ganar, ganar, ganar y volver a ganar", no se olviden de él.