A petición de Aguilera, voy a intentar escribir sobre las sensaciones que me transmite uno de los clásicos del fútbol español, el Madrid-Barça. La imparcialidad no queda asegurada.
Esta ha sido (y sigue siendo) una liga atípica, controlada desde casi la primera jornada por un FC Barcelona que ha puesto el fútbol de toque e inspiración como bandera de lo que debería ser. Una continuación de aquella Euro que vemos lejana, en la que Luis Aragonés se rodeo de bajitos ansiosos de balón, junto a un par de delanteros voraces.
Muchos dirán, pero ese fútbol ya lo practicaba el barça de Rijkaard. Sí pero no, el primer año de Ronaldinho y Rijkaard estuvo a punto de ni tan siquiera abandonar puerto, de quedar encallado junto a las rocas. El club venía de una temporada calamitosa, Gaspart dimitió, se confió en Antic y éste al menos logró una sexta plaza que les condujo a la UEFA. Ya con el tulipán en el banco, y con Laporta en el palco, el club no arrancaba… las navidades estaban a la vuelta de la esquina, eran los tiempos de ofrecer gilipolladas con cada rival (si llegaba el atleti, cocido. Si llegaba el Sevilla, gazpacho…), el club decidió acudir al mercado invernal, trayendo a Davids. Justo lo que le faltaba a aquel Barcelona blandito en el medio, un tipo que fuera un perro de presa, que le diera a Xavi la libertad necesaria para desarrollar su juego.
De esa manera, un equipo perdido consiguió encadenar victorias a partir de un partido en Sevilla en el que remontó el marcador (1-3 creo recordar), terminando segundo clasificado.
Los dos años siguientes fueron los de mejor fútbol, un Barcelona de toque, pero aquí es donde quería llegar, nada que ver con el actual. Aquel jugaba el mismo 4-3-3 poniendo a Van Bommel, Motta, Márquez u Edmilson de stopper. Por delante Deco-Xavi y en la vanguardia Etoo-Giuly-Ronie. Así ganó 2 ligas y una Champions, cambiando jugadores puntualmente por unos emergentes Iniesta y Messi. Jugaban bien, sí, pero dependían de que Ronie tuviese un día inspirado, ya que a Xavi le fagocitaba Deco. Esto lo digo de la mejor de las maneras, el portugués era un crack, un todocampista, lo mismo “te planchaba un huevo que te freía una camisa”, todo pasaba por él, tanto la contención como la creación… y rapidito el balón al del número 10. Con el declive del brasileño se vino el club abajo como un castillo de naipes, tuvieron que facilitar su salida para que todo se reorganizara.
Ahora les va mucho mejor. Resulta que roba balones un Touré mucho más jugador que VB, Motta (al que le pierde su cabeza) o Edmilson, por delante Xavi hace de mariscal, lleva el tempo del partido por completo. Ahora corremos, ahora pausa, ahora jugamos al toque, ahora nos replegamos… un crack. Junto a él, Iniesta ha crecido llegando a unas cotas increíbles, el albaceteño puede jugar en el medio, de extremo, detrás del punta… un sinfín de posibilidades, todas cubiertas de maravilla. Para colmo de los colmos, Henry ha vuelto a ser un delantero determinante, Etoo sigue percutiendo con precisión cirujana y Messi… simplemente hablamos de un jugador superlativo. Súmale Alves y ya tenemos a un Barça superior, un equipo que ya no busca como primera opción a Ronie (Messi), sino que cualquiera la puede hacer circular, una bendición.
De los 99 ptos en juego, los culés han sumado 82 ptos, una verdadera barbaridad a estas alturas de campeonato, con unos rivales a los que se les ha acusado de dar por perdido los partidos. La realidad es que los chicos de Pep, muchas veces te sacan del partido a hostias, sobre todo en el Camp Nou, la otra parte de la realidad… mentalmente salen derrotados, y eso, salgas con el equipo que salgas te termina haciendo mella.
En el otro lado de la balanza, el Real Madrid de Juande Ramos. Podemos escribir ríos de tinta, sin embargo al César lo que es del César, este equipo no tiene lagunas a nivel técnico, tiene un pantano enorme, sin embargo lo suplen con un corazón fuera de lo común. Se entregan en cada partido hasta el último minuto, dejando que los rivales mueran por agotamiento, asfixia o yo qué sé qué.
Vienen de ganar dos ligas “regaladas”, me explico. El Barcelona tenía mejor plantilla, mejor fútbol, mejores conceptos y sólo una autodestrucción lenta, mortífera y terriblemente dañina, permitió que los merengues se impusieran (para muestra, la liga de Capello).
Se han acostumbrado a unas remontadas tan épicas, como absurdas, ya que parece que esperan a que el rival se ponga por delante para después matarle a espadazos poco heterodoxos. Eso en los partidos, en las ligas esperan a tener unos cuantos puntos de desventaja para arrancar desde ahí detrás, algo así como en ciclismo el escalador que se queda rezagado del grupo para desde atrás terminar sorprendiendo.
Este año empezaron con un Schuster que daba bandazos a un lado y otro, no encontraba un equilibrio (quizá porque no creía o porque no ficharon lo que pidió) que le permitiese agarrarse a un gran barça, de ahí que llegó el punto del cese, alimentado desde los medios de comunicación decir lo contrario sería engañarse.
Con Juande, cuestionado por algunos periodistas con ojo clínico (por los cojones, con perdón), todos sabemos a quién me refiero y qué dijo exactamente, si no os acordáis vino a valorar su labor como un técnico sin grandeza necesaria y cuestionando números. Había ganado antes de llegar al Madrid 2 UEFAS, 1 Copa del Rey, 1 Supercopa de España y 1 Supercopa de Europa. Los números que consiguiese en el Rayo, Alcoyano, Lleida o Levante me dan igual. En el Sevilla consiguió 68ptos y 71ptos en sus dos años, en el Real Madrid lleva 52 ptos en 19 jornadas… ¡coño, los mismos que el Atlético en 33 jornadas! No si era verdad que no valía para el Atleti. Aquí mejor un tal Abel Resino, que lo más que ha hecho es parar balones, lo que se dice entrenar, poquito.
Vamos, que Juande ha conseguido que una plantilla que en Noviembre no valían ni para escombros, se reinventen, luchen los partidos hasta el final y consigan ganar por aplastamiento. Nada de florituras, nada de jugadas para la galería, el fútbol más pragmático se ve en el Bernabeu, pero el fútbol consiste en “ganar, ganar y ganar”, el resto no vale nada.
El sábado unos intentarán llevar el peso del partido y los otros las ocasiones, la única pega para el madridismo… o ganan o se habrá finiquitado la liga, porque el empate no serviría de nada. Sufrirán muchísimo si no consigue Lass secar a Xavi y Gago multiplicarse para hacer lo propio con Iniesta, también dependerá de lo atrevido que sea Pep, si se fortalece con un Touré-Keita o apuesta por la creatividad. Se puede decantar el choque del lado derecho, porque Messi volverá loco a Torres, que necesitará la ayuda de un central, dejando huecos por el centro para hombres de segunda línea como Iniesta. Esto lo digo porque Marcelo bastante tendrá con cubrir a su par, Daniel Alves, lo dicho pueden desequilibrar el partido por allí. Los blancos con su plantilla corta saben más o menos con qué saldrán. Cabe la duda de si renunciarán a una banda para dar entrada a un difuso Guti. Arriba Raúl e Higuaín harán serán de la partida, seguro. Partido abierto, partido vibrante, guerra de nervios, que ruede el balón.