Sí, aquellos partidos frente a Sporting y Racing fueron un espejismo en mitad del desierto atlético, el profesor Manzano (en realidad demagogo de profesión) nos engañó a todos bien engañados, no habrá fútbol combinativo en el Manzanares. Miento, sí lo habrá, un fútbol pastoso, jugado a tres por hora, predecible a más no poder y que no hace daño salvo que enfrente tengas a un equipo con graves problemas defensivos. Vamos, ganaremos muchos partidos frente a rivales débiles, pero haremos el ridículo otras tantas tardes.
Un equipo incapaz de marcar frente a Valencia, Barcelona, Osasuna y Sevilla, que se las vio y se las deseó para acertar frente al Rennes (minuto 87), desde luego no invita al optimismo. El partido comenzó con un Atlético mandando, queriendo ser protagonista con el balón, consiguiéndolo. El Sevilla venía a verlas venir, su inferioridad en el centro del campo se ponía de manifiesto, pues a los 15 minutos sólo disponía del marcador como aliado, las tarjetas habían empezado a relucir (Kanouté), la posesión era atlética (62%) y Reyes ya podía haber perforado la portería palangana, pues un centro del Silvio había quedado en el punto de penalti, franco, para que el utrerano la reventase llegando desde atrás… inexplicablemente se fue fuera.
Los sevillanos no llegaban para nada, en los primeros 45 minutos dejó la sensación de que era casi imposible que marcase, no porque no dispusiese de armas para ello, sino porque renunciaron completamente a atacar. El empate les valía. Tampoco se crean que los locales buscaban el gol con ahínco, el pasteleo en el medio del campo sólo se rompía con segundas jugadas, como aquella en la que Diego pesca un balón en el balcón del área y, estorbado por Tiago, la manda a las nubes. Mención especial para Mario Suárez, intrascendente todo el partido, devolviéndola constantemente hacia atrás o entregándola en paralelo, cuando se atrevía a soltarla mirando hacia delante marraba el envío. Quizá sea cosa del pelo tipo micrófono, que le impida ver correctamente, el caso que este muchacho, bajo el abrigo de Manzano, nos va dar más de un dolor de cabeza esta temporada.
En la segunda parte salió el Sevilla mucho más enchufado al encuentro, como si el plan inicial consistiese en regalar la primera parte para morir en la segunda. En los primeros minutos pudieron matar el partido, ya fuese Navas en un chut potente desde el interior del área que obliga a Courtois a lucirse o Kanouté en una jugada que no atina a rematar. ¿El Atleti? Ni señales.
Undiano Mallenco, un árbitro que no se entera de lo que ve pero valiente en su ignorancia (como suele suceder), inventa una ley de la ventaja en la frontal sevillista en la que todo el mundo queda parado, en la continuación de la jugada le llega el balón a Godín que regala a Del Moral el mismo y provoca, de paso, una contra mortal en la que el ex canterano demostró por qué nunca triunfó en el Atlético… jamás puedes fallar un mano a mano tan claro como ese, se hace llamar delantero, pero desconoce el oficio del gol. Cosas del fútbol.
Falcao también se olvidó de marcar, un centro al primer palo le llega milagrosamente al pie, sin embargo termina el balón en la grada al pegarle con el tobillo. Se intentó redimir del fallo minutos después, en diagonal a la portería la pega ajustada al palo largo, sacando Javi Varas un pie salvador. Manzano, a continuación, decidió sacar del terreno a un discreto Tiago (aunque su compañero jugaba aun peor) para probar suerte con Gabi, otro canterano que nunca ha terminado de cuajar. Más tarde pasaba lo mismo con Reyes y Salvio. Éste estuvo a punto de marcar casi al final de un disparo cruzado que no cogió puerta.
Derrota final del Atlético, porque pese a que el marcador diga que se empató, la sensación general es de derrota, un equipo que tras quince puntos en juego sólo suma ocho y que queda lejos de Levante, Betis, Valencia o Sevilla, todos equipos que o deberían andar por debajo o cuanto menos, en las mismas que nosotros. Manzano debe reflexionar sobre qué es lo que busca, nosotros sí lo sabemos, buscamos un entrenador valiente que imprima carácter y fútbol a su plantilla.